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Joventuts Carlistes del País Valencià

Història

Tres ilustres excarlistas de la intelectualidad valenciana


"En el curso 1943-1944 dos universitarios de la Facultad de Derecho, conocidos entonces públicamente como Juan Fuster y Fermín Cortès, escribieron en las paredes de la Universidad Literaria el lema carlista y valencianista". ("Zonas de libertad", Sergio Rodriguez Tejada, V. 2009)

Joan Fuster dejaría de ser carlista, y ello precisamente por el arcaísmo reaccionario del carlismo en general y del valenciano en particular en aquella época. Sus comentarios respecto a quienes dirigían el carlismo en el País, no permitían duda alguna respecto a lo que pensaba de los mismos. Pero su desprecio e indignación alcanzaría su cenit en ocasión de la muerte de su padre, emblemático dirigente carlista de Sueca y de la Ribera Baixa, respetado por todas las fuerzas políticas. En tan dolorosa situación, nadie del partido valenciano acudió a su entierro, y la razón no pudo ser más miserable: era el padre del catalanista y “rojo” Joan Fuster. Ello motivaría un ácido artículo de Fuster en "La Vanguardia" de Barcelona.


No obstante, el mejor ensayista de las letras catalanas, mantuvo siempre un profundo respeto hacia el Carlismo, y se sintió muy interesado por la depuración ideológica del Partido Carlista.

Al igual que el profesor LLuis Aracil, en la universidad miembro de Agrupación de los estudiantes carlistas, que ya apartado del partido por idénticas razones de disparidad ideológica envió una carta de felicitación cuando se publicó una "Guía Política del Carlismo" en la revista navarra "Montejurra".

También, otro intelectual y figura destacada de oposición antifranquista del País Valencià, Vicent Ventura, en una entrevista (
21-IX-95) reconocía que su adscripción política original había sido el Carlismo.

En los tres se produciría el desistimiento en la militancia a causa de la realidad "tradicionalista" que les toco vivir en sus años de primera militancia juvenil, realidad puramente arcaizante y folclorista.  Nada o poco que ver con el Carlismo intrahistórico de la lucha popular contra el liberalismo caciquil y el centralismo nacionalista español.  

 

HA MORT SEBASTIÁN MOLINERO IBÁÑEZ

Per Josep Miralles Climent

 

   Militant del Partit Carlista del País Valencià, Sebastián Moliner Ibáñez havia nascut en Larraga (Navarra), però portava ja 37 anys –més de mitja vida- vivint en Castelló de la Plana on van nàixer els seus dos fills, Sebastián i Lorea. Era casat amb Rosa Maria Redín, també navarresa. Tota la família estava integrada totalment al nostre País i, fins i tot, el Sebastián parlava la nostra llengua.

   Va morir la matinada del passat 7-7-2008 (festivitat de Sant Fermí) a les 2:00 hores. Feia quasi dos anys que li havien diagnosticat un càncer galopant en diversos òrgans vitals que li auguraven pocs mesos de vida. Ell ho sabia i ens ho va comunicar amb tota naturalitat als seus amics i correligionaris. Em vaig quedar sorprès al escoltar de la seua boca la notícia de la seua malaltia sense donar-li massa importància. El vaig admirar per això. I és que Sebastián era un home fort i optimista. Tal vegada per això, i per l’ajuda dels seus fills i de Rosa María, ha pogut mantenir a ratlla molt més temps de l’anunciat la terrible malaltia que patia.

   Com que era un lletraferit, en les nostres trobades comentava les seues últimes lectures i parlàvem de tot allò diví i allò humà. Enamorat com estava de la seua Navarra natal, l’any 2000 va arribar a escriure un llibre sobre la llengua basca en la Novenera: Nobenera euskoaldeko euskara, el manuscrit del qual vaig tenir el plaer de rebre’l d’ell i de llegir-lo amb gran plaer. Un altre tema del seu interès era la història de les propietats Comunals en general i de les de Navarra en particular, que sempre relacionava amb el concepte més modern del socialisme autogestionari que ell defenia, en línia amb el Partit Carlista.

Era un home humil i senzill per fora, però fort per dins; gran conversador i agraït amb el poc o molt que li oferíem els seus amics. Per això vull dir ací que l’última vegada que ens vam veure i vam poder conversar en persona va ser fa escassament dos mesos quan, recolzat del seu bastó –fa deu anys li havien tallat una cama-, va venir a acompanyar-me en la presentació del meu últim llibre de tema carlista. Lamentablement una posterior trobada que va intentar organitzar el nostre comú amic Santiago Albiol, ja no va ser possible a causa del seu estat, encara que no imaginàvem que esta recaiguda seria la definitiva.

   Descanse en pau el bon pare, el bon espòs i el bon carlista i el bon amic que va ser Sebastián. Fins sempre.

Cronología del Partido Carlista (1833-2008)

Cronología del Partido Carlista (1833-2008)

1833: Tras la muerte de Fernando VII, se produce el alzamiento de Talavera de la Reina, iniciándose la I Guerra Carlista. Bajo una excusa dinástica se produce el estallido de las tensiones sociales acumuladas tras la bancarrota del Antiguo Régimen.

1834: El Gobierno centralista de Madrid firma el Tratado de la Cuádruple Alianza, obteniendo el apoyo financiero y militar del Reino Unido, Francia y Portugal.

1835. Muerte del general Zumalacárregui, genial organizador del ejercito carlista, en el sitio de Bilbao.

1837: Los ejércitos carlistas llegan hasta las puertas de Madrid en la llamada “Expedición Real”.

1839: Mediante el Abrazo de Vergara finaliza la I Guerra Carlista en Vasconia.

1840: Cabrera y sus tropas se retiran a Francia, finalizando la I Guerra Carlista.

1845: Abdicación de Don Carlos V en su hijo Don Carlos VI, Conde de Montemolín.

1846: Inicio de la II Guerra Carlista en Cataluña, en la cual los carlistas contaran con el apoyo de los primeros grupos republicanos de la historia contemporánea española.

1849: Fin de la II Guerra Carlista, también llamada Guerra de los Matiners.

1855: Levantamientos de campesinos carlistas en Castilla y Aragón contra la Desamortización de Madoz.

1860: Fracasa un golpe de estado en San Carlos de la Rápita.

1861: Fallecimiento de D. Carlos VI, que es sucedido por su hermano D. Juan III.

1868: Don Juan III abdica en su hijo D. Carlos VII.

1871: Importante Congreso Carlista en Vevey, tras el cual se sientan las bases organizativas del PC.

1872: Ante el falseamiento de la elecciones por parte del Gobierno, el Partido Carlista opta por la lucha armada, iniciándose la III Guerra Carlista. En esta guerra los carlistas llegaran a controlar cerca de un tercio del territorio peninsular. Don Carlos VII anula el Decreto de Nueva Planta de Felipe V, reinstaurando los Fueros de los países de la antigua Corona de Aragón.

1873: Importante victoria carlista en Montejurra.

1875: Don Carlos VII jura los Fueros ante el Árbol de Guernica. Es la primera vez que un príncipe jura los Fueros desde el siglo XVI, y desde entonces solo ha vuelto a ocurrir con Don Javier I.  

1876: Don Carlos VII abandona España y finaliza la III Guerra Carlista.

1877: Agitación carlista contra la abolición de los últimos Fueros.

1878: El nuevo Pontífice, León XIII, se dirige a D. Carlos VII, agradeciéndolo sus servicios a la Iglesia.

1879: Don Carlos VII nombra a Cándido Nocedal como su representante en España.

1885: Muerte de Cándido Nocedal.

1888: Expulsión del sector más conservador del Partido Carlista, que liderado por Ramón Nocedal, formara el Partido Integrista. Aparece El Correo Español, portavoz del Partido Carlista hasta su desaparición bajo la dictadura de Primo de Rivera.

1890: Cerralbo es nombrado nuevo Delegado Regio de Don Carlos VII con la misión de reorganizar a los carlistas españoles y crear un partido político adaptado a las nuevas circunstancias de la lucha política.

1897: Se da a conocer el Acta de Loredán, que marca la línea ideológica oficial del partido. Aparece en Pamplona el periódico El Pensamiento Navarro.

1899: Cerralbo es sustituido por Matías Barrio Mier, tras el fracaso de una conspiración carlista contra el decadente Gobierno de la Restauración.

1905: El PC de Cataluña participa en la fundación de Solidaritat Catalana, una coalición formada por republicanos federalistas, nacionalistas catalanes y carlistas.

1907: El PC obtiene catorce actas de diputado y seis de senador. Se funda en Barcelona el Requeté para hacer frente a las agresiones de los “jóvenes bárbaros” del demagogo Lerroux.

1908: En un mitin en Butsenit (Cataluña), Francesc Macià (futuro presidente de la Generalitad republicana y dirigente de ERC) ofrece su espada de militar a la Causa Carlista.

1909: Fallecimiento de Barrio Mier, siendo sustituido por Bartolomé Feliú. Fallecimiento de D. Carlos VII, siendo sucedido por su hijo D. Jaime III. Durante esta época los carlistas serán también llamados jaimistas.

1912: Tras la dimisión de Feliú, Don Jaime decide abolir el cargo de Delegado Regio, al considerarlo inadecuado para un partido político moderno.  Se creará una Junta Suprema, bajo la presidencia de Cerralbo.

1914: Don Jaime se decanta por los Aliados ante la Primera Guerra Mundial, pero el intelectual Vázquez de Mella y el ala conservadora se decantaran por los Imperios Centrales, siendo esta la raíz de la escisión mellista de 1918.

1918: Cerralbo es sustituido al frente de la Junta Suprema por Romualdo Cesáreo Sanz Escartín.

1919: Disolución de la Junta Suprema y expulsión de Mella y del sector más conservador, que formaran el Partido Tradicionalista. Como señal de la nueva modernización que D. Jaime le imprimió al partido se crea el cargo de Secretario General, que será ocupado primero por Pascual Comín, y después, por Luis Hernando de Larramendi. Creación de los Sindicatos Libres en el Ateneo Obrero Legitimista de Barcelona.

1921: José de Selva y Margelina es nombrado nuevo Secretario General del Partido tras la dimisión de Larramendi.

1922: La modernización ideológica continua, centrándose el programa del PC en la construcción de autonomías regionales y municipales mediante un estado federal y la búsqueda de la “justicia económica y social” mediante un socialismo cooperativista humanista de inspiración cristiana.

1924: La dictadura de Primo de Rivera reprime duramente el carlismo, mientras los mellistas o praderistas, y los integristas apoyan al Gobierno.

1931: Don Jaime III saluda con esperanza el nacimiento de la II Republica y poco después fallece. El nuevo Rey será su tío Don Alfonso Carlos I. Se inicia en el Carlismo un giro conservador.

1932: Se constituye una Junta Suprema bajo la presidencia de José de Selva y Margelina. A su muerte, el cargo será ocupado por Rodezno. El Partido Integrista se fusiona con el Carlista, pasándose a formar una nueva organización política bajo el nombre de “Comunión Tradicionalista” (CT).

1933: Conmemoración del Centenario del Carlismo. La CT participa en la coalición electoral TYRE.

1934: Supresión de la Junta Suprema, que será sustituida por una Secretaria General, a cuyo frente estará Fal Conde. Esté, en un acto en Potes declarara que “los pueblos tienen derecho a levantarse contra los tiranos”. Se inician los preparativos para la sublevación carlista contra el Gobierno republicano. El grupo nacionalista catalán “Catalunya Vella” se integra en la CT.

1935: Fal Conde es nombrado nuevo Delegado Regio y se crea el Consejo Nacional de la CT.

1936: El Requeté y parte del Ejercito intentan un golpe de estado que fracasa, tras el cual se inicia una nueva guerra civil. Don Alfonso Carlos I fallece sin descendencia, siendo sustituido al frente del Carlismo por su sobrino D. Javier de Borbón Parma, con el titulo de Regente.  

1937: Franco se hace con el poder dentro de la “España Nacional” e ilegaliza a la CT mediante el “Decreto de Unificación”. La naciente dictadura expropiara al Carlismo todos sus bienes y pasara a perseguirlo duramente.

1940: Se inicia la publicación de la monumental Historia del Tradicionalismo Español de Melchor Ferrer.

1941: La CT se opone al envió de la División Azul.

1942: Atentado de Begoña. Un comando falangista lanza dos bombas contra un acto carlista al que asistía el general Varela, causando 117 heridos.

1943: Entra en España el pretendiente “Carlos VIII” de Habsburgo y Borbón, manipulado por el Franquismo para dividir a las masas carlistas, huérfanas de Rey.

1944: La Gestapo alemana detiene en Francia a D. Javier, por colaborar con la Resistencia francesa. Es condenado a muerte y trasladado al campo de Dachau. Será liberado en 1945.

1947: Reestablecimiento del “Consejo Nacional de la CT”, se inician los primeros pasos para la reconstrucción del Carlismo.

1948: Congreso de la Agrupación de Estudiantes Tradicionalistas (AET): la juventud carlista se reorganiza.  

1950: Unos 275 universitarios carlistas escriben al ministro de Educación exigiéndole libertad de expresión y pensamiento. Don Javier jura los Fueros, ante el Árbol de Guernica.

1952: Don Javier asume la realeza ante un Consejo Nacional celebrado en Barcelona.

1953:  Homenaje de los carlistas vascos en Villarreal de Urrechuna (Guipúzcoa) al bardo carlista José María de Iparraguirre, en conmemoración del centenario del himno “Guernikako Arbola”. Fallece el pretendiente “Carlos VIII”. El llamado “carloctavismo” se desintegra, pasando su ala colaboracionista al franquismo, y su ala antifranquista al Carlismo ortodoxo de Don Javier.

1955: Cese de Fal Conde como Delegado Regio, siendo sustituido por un Secretariado Nacional, presidido por José María Valiente (que fue dirigente de la CEDA durante la II Republica), el cual se intentara acercar al régimen franquista con la llamada “política de intervención”.

1957: Presentación de Don Carlos Hugo, hijo de D. Javier I al Pueblo Carlista en el acto de Montejurra. Se inicia una nueva época en el Carlismo. La revista carlista “Monarquía del Pueblo  ataca en un editorial al sistema capitalista y burgués y denuncia “las mediocres tradiciones de los derechistas”.

1958: Proclamación de la Regencia Nacional y Carlista de Estella (RENACE) por Mauricio de Sivatte (líder del carlismo catalán durante la década de 1940), la cual provoca una escisión en la CT catalana.

1959: Se constituye en Burgos la Hermandad Nacional de Antiguos Combatientes de los Tercios de Requetés.

1960: Aparece la revista Montejurra. Valiente es nombrado nuevo Delegado Regio.

1961: La revista Azada y Asta de la AET se posiciona a favor de una Monarquía Socialista. El acto de Montejurra de este año llega a superar los 50 mil asistentes.

1962: Se produce la escisión de los grupos ultraderechistas instalados dentro del Carlismo desde la II Republica, liderados por Zamanillo y Elías de Tejada.

1963: Fundación en Murcia del Movimiento Obrero Tradicionalista (MOT).

1964: La Secretaria Nacional de la AET pública un “Esquema Doctrinal”, el primero de una larga serie de trabajos para actualizar la doctrina carlista. II Congreso del MOT en Madrid. Se inician en Cabo de Palos (Cartagena) los cursillos de formación para carlistas, organizados por el MOT. Homenaje de la AET vasca a Unamuno.

1965: Fundación de los Grupos de Acción Carlista (GAC) como reacción a la represión de la dictadura franquista. III Congreso del MOT en Madrid.

1966: En el Congreso Carlista, la línea de Valiente es derrotada. A partir de esta asamblea muchas Juntas dejaran de denominarse “Juntas de la CT” para pasar a ser denominadas “Juntas del Carlismo”. Se constituye en Zaragoza la editorial carlista SUCCVM.

1967: La revista regionalista Esfuerzo Común de Aragón se posiciona a favor del Carlismo. Se presentan candidatos carlistas al Tercio Familiar de las Cortes, único espacio del régimen político en el que hay elección popular. Serán los más votados en Navarra y Guipúzcoa.

1968: Cese de Valiente como Delegado Regio. Juan José Palomino es nombrado Presidente de la nueva Junta Suprema. Palomino declara a la prensa con motivo del acto de Montejurra: En cada momento histórico, nosotros hemos estado en vanguardia para reclamar lo que es de justicia para el Pueblo. Y hoy, el pueblo quiere soluciones concretas y modernas a los problemas de hoy. En el momento actual la oligarquía quiere prevalecer sobre el Pueblo, y el Carlismo, con su dinastía y su pueblo, da la cara como siempre lo ha hecho. El Gobierno expulsa de España a la familia Borbón Parma.

1969: Después del acto de Montejurra,  5 mil jóvenes carlistas se concentran en Estella y queman públicamente un retrato de Franco, tras lo cual se producen fuertes enfrentamientos con las fuerzas de orden público que terminan con centenares de detenidos. La prensa extranjera lo define como el acto antifranquista más violento desde la guerra Civil.

1970: Los propietarios legales de El Pensamiento Navarro tras enfrentarse a su autentico propietario, la Junta Regional de Navarra, son expulsados del Carlismo. En el Congreso del Pueblo Carlista reunido en Arbonne (Francia) el integrismo es derrotado y se hacen oficiales a nivel de partido los frutos de la renovación ideológica llevada a cabo por el ala progresista del Carlismo.

1971: El Congreso del Pueblo Carlista decide abandonar “Comunión Tradicionalista” (CT) como denominación oficial del partido y recuperar la histórica de “Partido Carlista” (PC). La Junta Suprema es disuelta y se crea una nueva “Secretaria General” dirigida por José María de Zavala. Valiente es expulsado del Partido Carlista. El Partido Carlista entra en la recién fundada Asamblea de Catalunya, que reúne a toda la oposición democrática catalana.

1972: Consejo de Guerra en Santander contra cinco militantes de los GAC. El Partido Carlista define su proyecto de sociedad como Socialismo Autogestionario.

1975: D. Javier I abdica en su hijo D. Carlos Hugo I . La Hermandad Nacional de Antiguos Combatientes de los Tercios de Requetes y el Partido Carlista reconocen como Rey a D. Carlos Hugo.

1976: A D. Carlos Hugo I se le prohíbe la entrada en España en Barajas a pesar de las promesas de apertura del Gobierno. Comandos paramilitares ultraderechistas vinculados a redes terroristas internacionales, actúan contra los carlistas en Montejurra, con el apoyo financiero y organizativo del Gobierno.

1977: El Gobierno de Suárez se niega a legalizar al Partido Carlista, impidiéndole participar en las llamadas “primeras elecciones democráticas”.  

1978: La dirección federal del PC a pesar del descontento de gran parte de las bases, pide un “SI” critico en el referéndum de la Constitución. Como nefasta consecuencia de esta decisión se produce el traslado de una parte importante de la base social del Carlismo hacia las izquierdas nacionalistas.

1979: El Congreso del Partido Carlista elige como nuevo Secretario General Federal a Mariano Zufía, teniente de alcalde de Pamplona y miembro del Parlamento Navarro. Fracaso del Partido Carlista en las elecciones generales, tras el cual entra en un proceso de descomposición.

1983: El Congreso del Partido Carlista elige como nuevo Secretario General Federal a Enrique Cordero.

1986: El Partido Carlista participa en la fundación de Izquierda Unida y pide el NO en el referéndum de la OTAN.

1987: El Congreso del Partido Carlista elige como nuevo Secretario General Federal a Juan Francisco Martín de Aguilera y decide la salida del Partido Carlista de Izquierda Unida.

1999: Aparece El Federal, nuevo portavoz del Partido Carlista.

2000: El Congreso del Partido Carlista elige como Secretario General a Evarist Olcina.

2003: El Partido Carlista participa activamente en la oposición a la invasión de Iraq.

2005: El Partido Carlista pide el NO en el referéndum de la Constitución Europea .

2009: El Congreso Federal del Partido Carlista elige como nuevo Secretario General Federal a J.M. Aragón.

El Carlismo visto por Joan Fuster

El Carlismo visto por Joan Fuster

El destacado escritor valenciano en lengua catalana Joan Fuster i Ortells en su conocido ensayo Nosaltres els valencians realizó las siguientes reflexiones sobre el carlismo como histórico movimiento popular del País Valencià:

                                  

El “insurgentismo”, en tanto que manifestación “periférica” de la política española del XIX, debería ser relacionado con otra cuestión: la del soi-disant anticentralismo de los sectores “insurgentes”. No deja de ser curiosa esta coincidencia. Quizá también era inevitable. Enfrentados polémicamente con el Estado jacobino, por una u otras razones, su oposición tenía que reflejarse en una concepción del Estado desde el punto de vista “regional”. Los carlistas hablaron de “fueros”. La vaguedad con que usaron el término “fueros” no desvirtúa nada en absoluto el sentido “descentralizador” que siempre quisieron darle: en tiempos de Carlos VII llegarán a emplear la fórmula “monarquía federal” (…).

Pero, desde otro ángulo, lo importante, en el XIX, no era que el carlismo reivindicase unos “fueros” que sus militantes desconocían, ni que el republicanismo se proclamara “federal” en unos términos lamentablemente indecisos: lo importante era la “insurgencia” que carlismo y republicanismo –y anarquismo, en otro estadio- representaban. La revuelta implicada en su actitud constituía una afirmación “localista” más neta que cualquier declaración de principios. La terminología –“fueros”, “federación” (incluso el anarquismo)- hace pensar en una “autonomía”. De hecho, rebelarse ya era, en sí, una manifestación de “autonomía”. Era la discrepancia radical con el jacobismo: con el Estado unitario –con el Estado-.

Antoni Aparisi i Guijarro (1815-1872) es el máximo definidor valenciano del tradicionalismo. Hombre pacífico y piadoso, de temperamento jurídico, no vaciló en escribir en algún momento: “El que tenga un fusil, que lo limpie, y el que no, que lo compre”. El carlismo, incluso cuando no estaba en pie de guerra, era una insurgencia decidida.

Las guerras y las revueltas que llenan el siglo XIX, con excusas dinásticas o partidistas, toman su combustible más fácil en unas pasiones sociales mal reprimidas y siempre a punto de estallar.

Que los alzamientos carlistas se inflamaron en el seno del malestar rural, parece evidente. (…). El fenómeno es idéntico al de las otras tierras de la Monarquía donde los campesinos –término medio- gozaban de una relativa independencia económica: el País Vasco, el Principado, Aragón. El liberalismo, que encarnaba la otra rama de dinastas, era cosa de ciudad: de la burguesía mercantil, de las clases medias (…). La bandera de don Carlos significaba, para los sectores agrarios, una invitación a la revuelta. La caída de los precios agrícolas que siguió a la guerra napoleónica les empujaba a ello. Los terratenientes que se aprovecharon de la desamortización pronto se decidieron por el bando isabelino, y puesto que al mismo tiempo, afanosos de adinerar sus nuevas propiedades, impusieron a los arrendatarios unas condiciones más duras que las que antes soportaban, contribuyeron así a crear un clima de agitación propicio al carlismo. Los carlistas valencianos hicieron guerra de “partidas”, con capitostes rudimentarios e indisciplinados. Sólo Cabrera, a fuerza de prestigio y de mano dura, consiguió establecer un poco de orden. En el fondo era una especie de “germanía” más, anárquica y feroz. El pueblo rural se desfogaba. Y quizá no aspiraba a más.

El campo valenciano era carlista; pero más las zonas interiores, del secano, que las del regadío litoral. En éstas las condiciones de vida de los labriegos no eran tan negras, y, por consiguiente, el aventurismo de la “partida” no resultaba tan sugestivo como en aquéllas. Pero había carlistas, en armas o complicidad, en la mayoría de las comarcas (…).

Aún a finales del Ochocientos es una de las dos fuerzas políticas populares del País Valenciano –la otra es el republicanismo-: pero cada vez tendrá menos raíces y menos futuro. El campesinado católico hallaba en el carlismo su oportunidad protestataria. Cuando las cosas le van bien y ya no siente tanta necesidad de protestar, lo abandonará o lo profesará sin arriesgar nada. Los pequeños propietarios rurales (…) al llegar la segunda decena del XX, se desentienden del carlismo que habían alimentado. Articulan entonces un nuevo partido de derecha, tímidamente demócrata-cristiano, guiado por ex-carlistas como Manuel Simó y Lluís Lúcia (…) que acabara titulándose Derecha Regional Valenciana.

El Partido Carlista. Oposición al Estado franquista y evolución ideológica (1968-1975)

El Partido Carlista. Oposición al Estado franquista y evolución ideológica (1968-1975)

Joaquín Cubero Sánchez

El 20 de diciembre de 1968 Franco expulsó del país a don Carlos de Borbón Parma, días más tarde haría lo mismo con su padre D. Javier y dos de sus hermanas. Los titulares de la dinastía carlista fueron acusados de extranjeros que se habían entrometido en la política española. En 1 936 cuando don Javier de Borbón Parma ordenó a los requetés que se unieran al movimiento militar contra la República nadie lo consideró extranjero. La razón que dio el gobierno al ser interpelado en las Cortes por los cuatro procuradores carlistas fue que don Javier y don Carlos presidieron un acto político en el monasterio de Valvanera en el que «incurrieron en manifestaciones contrarias al orden público que rozaban facultades potestativas del Poder estatal».

El Carlismo respondió con responsabilidad a este acto dictatorial y denunció la provocación que suponía como una abierta incitación a una escalada de violencia, advirtiendo al gobierno que no confundiera la sensatez y la responsabilidad con la debilidad. Cerrada la vía legal que iniciara unos años antes el carlismo volvió a la ilegalidad. Pero en la oposición siempre estuvo, a pesar de los intentos fallidos de colaboracionismo por algunos de sus miembros que sucesivamente abandonarían el carlismo o serían expulsados del mismo.

El primer enfrentamiento entre Franco y el carlismo ocurrió el 20 de diciembre de 1 936. Este día las milicias fueron unificadas y sujetas al Código de Justicia Militar y Fal Conde, Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista, hubo de exiliarse a Portugal ante la amenaza de ser fusilado, acusado de intentar dar un golpe de estado contra Franco. La verdadera causa fue la intención de Fal Conde de organizar una academia militar para la formación de oficiales de los tercios de requetés. Consultado Franco sobre esto no opuso objeción alguna. Su actitud cambió el 19 de diciembre después de su entrevista con el desprestigiado exjefe carlista Conde de Rodezno, más tarde ministro de Franco y miembro del Consejo Privado de don Juan de Borbón. En abril de 1937 Franco completó la maniobra de anulación del carlismo, como fuerza política y militar, con una medida política, el decreto de Unificación y una medida militar, la reorganización de las brigadas navarras colocando al frente de ellas jefes africanistas y mezclando los batallones de requetés con otros de otra procedencia que los desbordaran cuantitativamente de forma que no se pudieran sublevar. El carlismo perdió su fuerza militar y, a la vez, sus locales, su prensa, toda la documentación y demás medios materiales.  

Los pocos carlistas que aceptaron la unificación Rodezno y su grupo (que harían compatible su lealtad a Franco y a don Juan de Borbón) y algunos de procedencia integrista fueron expulsados de la Comunión Tradicionalista por don Javier de Borbón que calificó de « facciosas» las maniobras de Rodezno para sumarse a la Unificación. Más tarde don Javier sería expulsado de España tras haberse entrevistado con Franco al cual manifestó la total discrepancia de( carlismo con la Unificación y los rumbos totalitarios de carácter nazi del nuevo estado. En octubre de 1937 se sucedieron numerosas detenciones de carlistas en Burgos, San Sebastián, Vitoria y Pamplona por las manifestaciones antifranquistas organizadas por la AET (estudiantes carlistas) el día 12 «Festividad de la Raza».

El clima de enfrentamiento y de oposición continuó: cierre de círculos carlistas (en Barcelona y Pamplona hubo disparos entre la policía y los carlistas), sucesivas denuncias de carácter fascista y de la corrupción de( régimen, negativa de los carlistas a alistarse en la División Azul, intento de crear una unidad carlista que combatiera junto a los aliados, colaboración con la resistencia francesa para pasar información a Inglaterra, y la misma participación de don Javier en la resistencia (detenido por los alemanes fue acusado de comunista y encarcelado en Dachau).

La represión también fue continua: detenciones, encarcelamientos, destierros, prohibiciones y multas. En 1. 942 tuvo lugar el atentado de Begoña organizado por la jerarquía falangista.

Al finalizar la segunda guerra mundial, una vez liberado y restablecido don Javier, éste declaró que, en caso de una nueva guerra civil, los carlistas no lucharían en el bando franquista.

La cerrada oposición del carlismo, su total negativa a participar en la construcción del nuevo estado, la intransigencia de su dirección cambió a finales de los cincuenta. Se inició así una nueva etapa política mal llamada colaboracionista, en la que el carlismo intentó luchar por sus objetivos utilizando la vía legal en la medida que esto fuera posible.

Se pretendía, en primer lugar, romper el cerco de silencio para dar a conocer el programa carlista, reorganizar sus estructuras, y promocionar a su dinastía. La moderación seguida tuvo como resultado la reorganización del carlismo y la existencia de un clima, no exento de fricciones de semitolerancia mutua. Los carlistas pudieron abrir nuevos círculos y contar con dos organizaciones legales, la red de Círculos Culturales Vázquez de Mella, autorizada en 1 960 contaba con 59 delegaciones en 1962, y la Hermandad Nacional de Antiguos Combatientes de Tercios de Requetés, autorizada en 1962. Pero las fricciones y las tensiones fueron en aumento a partir de 1965. El carlismo no dejaba de afirmar que su actuación política en el marco de la legalidad no tenla más fin que la democratización del estado por la vía pacífica: declaración de don Javier de enero de 1965, congreso de la AET en febrero, congreso del MOT (obreros carlistas) en noviembre, en Montejurra se hace una afirmación de principios democráticos y se pide que se socialicen los monopolios, en julio en el Aplec de Villareal de los Infantes que contó con una asistencia de 9.000 personas uno de los oradores intercala en su discurso algunas citas de Marx. Este acto y el de Durango fueron los más multados este año, uno de los oradores pasó al TOP.

En 1966 la situación se endureció, la policía por orden del Ministro de la Gobernación suspendió, mediante el uso de la fuerza, el Congreso Nacional Carlista. Se hizo una declaración en la que se afirmó estar en la oposición; Le Monde (14 de febrero) informó de lo sucedido, en una nota aparte informó de que los estudiantes carlistas habían hecho frente común con socialistas y democristianos en los últimos incidentes universitarios. Un mes más tarde la AET de Cataluña participaría en la constitución del SDEUB; la primera hoja volante informando a la población de Barcelona sobre la actuación policías en «la Caputxinada» apareció el 10 de marzo e iba firmada por la AET, en ella se denuncia las maniobras del gobierno en contra de los principios de libertad y democracia «propugnados siempre por el carlismo» y los métodos de actuación nazi que Carrero Blanco y Alonso Vega han impuesto a la policía. El grado de radicalismo político y social en que se había situado la AET es bien evidente en sus boletines regionales; en uno de ellos afirma «bendito sea el comunismo que apoya una vida más digna». Entre las prohibiciones de este año destaca la de Villareal, comunicada el día anterior, la policía cortó carreteras y vías de acceso, los choques entre policía y carlistas se sucedieron durante todo el día. El discurso de uno de los oradores se iba a referir a la petición de fueros para el País Valenciano, libertades democráticas para todo el pueblo español, y cese de las represiones políticas. Al acto de Montejurra asisten por primera vez un grupo de observadores de partidos de izquierda; los oradores pidieron ayuntamientos democráticos y sindicatos libres, piden también que se ponga fin al castigo impuesto a Vizcaya y Guipúzcoa mediante la devolución de las competencias forales a sus diputaciones.

Respecto a su organización interna, en los años anteriores a la expulsión de 1 968, el rasgo más acusado es el continuo cambio en sus dirigentes y en las estructuras organizativas con la finalidad de conseguir una estructura organizativa unificada y democrática capaz de adaptarse rápidamente a una situación de ilegalidad y clandestinidad.

Se van anulando a aquellos que son partidarios de pasar de la moderación a la colaboración con el régimen. Los cambios más significativos son el cese de Zamanillo en 1 962 como Secretario General, el de Marquez de Prado en 1 965 como Delegado Nacional de Requetés, y la dimisión de José María Valiente a fines de 1 967 como Jefe Delegado consciente de que se le ha reducido el poder paulatinamente.

En el Reglamento de Régimen Interno aprobado en 1963 se señalan como órganos de gobierno de la Comunión Tradicionalista: a) la Jefatura Delegada con la Secretaría General, b) la Junta Nacional, c) el Consejo Nacional. Los dos primeros órganos son de nombramiento regio. La Secretaría General coordina las ocho organizaciones en que se estructura el carlismo. De ellas dos son legales, la Hermandad de Antiguos Combatientes (50.000 afiliados en 1 966), y la red de Círculos Culturales Vázquez de Mella, que se rigen por sus propios estatutos, además de los Círculos Vázquez de Mella existen otros de distinta denominación (en 1968 el Presidente de la Junta Suprema afirmarla que el carlismo contaba con cerca de 300 círculos en toda España).

Las otras seis organizaciones son: Requetés, AET, Cultura y Difusión, Margaritas y Pelayos, Acción Social, y Hacienda. No existe ninguna organización específicamente juvenil a nivel estatal, los jóvenes se integran en la AET, en los requetés, o en el MOT (Movimiento Obrero Tradicionalista creado en 1965). Exceptuando Hacienda las otras cinco organizaciones cuentan con un delegado Nacional, Requetés y AET gozan de plena autonomía y cuentan con una estructura propia a todos lo niveles. Esta situación comenzará a cambiar en 1965 con la creación de la Junta de Gobierno y del Movimiento Obrero Tradicionalista. En 1966 se producen varios cambios con la finalidad de crear una estructura más eficaz y simplificada, dando a los jefes políticos provinciales más autoridad y haciendo de ellos los únicos responsables de la actividad política en todos los órdenes. Tales cambios fueron: 1 ) disolución de las Delegaciones Nacionales y Regionales de Requetés, AET, MOT, y Margaritas, 2) de los jefes provinciales dependerán todas las organizaciones, 3) en sustitución de las Delegaciones Nacionales se crean los Consejos Asesores de Requetés, MOT, Universitario, Margaritas, y de la Jefatura Delegada. En la práctica estos cambios supusieron la desaparición de la organización de Requetés, inservible para lucha política, y la pérdida del control del carlismo por parte de Valiente. El poder real estará ahora en la Secretaría General. La AET y el MOT seguirán organizando sus propios Congresos Nacionales, aunque perdieron la autonomía organizativa.

1968 será una año de notable actividad carlista tanto en su aspecto externo como interno. A los actos que anualmente se celebran, Montejurra, Montserrat, Quintillo, Begoña, lsusquiza, Haro, Caminreal, Tres Roures, Villareal, etc, vienen a sumarse, entre otros, los celebrados en Palma de Mallorca, Burgos, Valladolid, Liria, Zarauz, Santo Toribio de Liébana y Valvanera. De ellos, uno supera los cien mil asistentes, dos los veinte mil y uno los diez mil. Como características de estos actos señalamos que son autorizados, la autorización la solicita la Hermandad de Antiguos Combatientes de Tercios de Requetés, entidad que formalmente organiza el acto, o la junta directiva del círculo local correspondiente, una parte de los actos suele estar dedicado a los antiguos combatientes a los que se les suelen imponer condecoraciones carlistas, motivo aparente del acto (aunque a veces da la impresión de que se pretende reorganizarlos), los oradores suelen centrar su exposiciones en los siguientes puntos: lealtad a la dinastía carlista, denuncia del inmovilismo político del régimen, la esperada apertura con la promulgación de la ley Orgánica del Estado ha sido una farsa, el carlismo no tiene más fines que los estrictamente políticos, necesidad de implantar el sufragio universal para la elección de todos los cargos públicos, defensa de una estructura federal del estado, necesidad de constituir el carlismo con un movimiento renovador o revolucionario ya que los programas deben ser adaptados a las necesidades históricas, hay que construir una España sin clasismo social, cambio revolucionario en las estructuras agrarias, participación de los trabajadores en los consejos de administración de las empresas (cogestión).

En el aspecto interno se organizan dos grupos de actividades, los cursillos para la promoción de la juventud carlista y los cursillos para la formación de dirigentes del MOT. Los primeros se organizaban en régimen de internado durante tres o cuatro días en grupos de cuarenta asistentes, desarrollándose tres grupos de temas: socioeconómico, organización del carlismo y la acción política. En ellos se incide en que el fin del carlismo es conquistar el poder, el carlismo prefiere la república antes que la instauración de la monarquía alfonsina capitalista y aristocrática, el movimiento de las comisiones obreras está creando en España una verdadera conciencia social, la causa fundamental de la crisis del régimen es su inmovilismo político. A estos cursillos, al menos, asistieron unos mil jóvenes carlistas.

El temario de los cursillos del MOT se centra fundamentalmente en la necesidad por parte de los trabajadores de superar las estructuras liberalcapitalistas empleando todos los medios a su alcance «sin otro límite que la ley de Dios». La socialización que se propugna no se limita al nivel económico sino que se extiende a todos los campos de la actividad social. Hay que destacar que la argumentación que se utiliza para atacar el sistema capitalista es básicamente religiosa: la explotación del hombre por el hombre rompe los planes de Dios, el sentido de la historia consiste en que la clase obrera al construir la nueva sociedad restaura el plan de Dios. La única crítica que se hace al marxismo en este temario es que haya renegado de ser un movimiento genuinamente obrero y que esté dirigido por intelectuales burgueses.

La respuesta del régimen ante esta situación no se hizo esperar, el primer acto que estaba programado para septiembre en Covadonga fue prohibido alegando razones sanitarias y arquitectónicas, e incluso poniendo en duda la representatividad como Delegado regional de Asturias de la Hermandad de Antiguos Combatientes de la persona que solicitó la autorización. El mismo Jefe Provincial de Sanidad de Madrid que autorizó la exhumación de los restos de Mella la suspendió doce dias más tarde. El dos de septiembre el Director General de Arquitectura se trasladó a Covadonga y paralizó las obras de perforación. El Sr. Arzobispo aceptó esta medida cuando cincuenta dias antes la autorizó oralmente, obteniéndose después el permiso por escrito de la Secretaria Cancillería del Arzobispado. La comunicación del gobernador civil fue tajante: «No habiendo traslado de los restos, no ha lugar a la celebración de los actos para los cuales solicitaba autorización». A pesar de la prohibición el día ocho se celebró un acto político en Cangas de Onís con más de dos mil quinientos asistentes.

El 15 de diciembre tuvo lugar el acto político en el monasterio de Valvanera presidido por Don Javier y Don Carlos, entre los asistentes se contaban más de dos centenares de oficiales de Tercios de Requetés. En este acto se reconoció a la Rioja como región del País Vasco-Navarro en la estructura organizativa territorial del carlismo, se criticó duramente al régimen, y se denunció el paso atrás que significaba el Estatuto Orgánico del Movimiento.

La expulsión de los Borbón Parma sucedió la semana siguiente. Hubo manifestaciones de protesta en las principales ciudades españolas. En Pamplona doce policías resultaron heridos durante los enfrentamientos y se efectuaron varias detenciones. En Bilbao la policía disparó para poder detener a varios carlistas. A partir de ahora no se solicitará ningún tipo de autorización para los actos políticos que se organicen. De estos actos, principalmente Montejurra, Quintillo y Montserrat, saldrán duras condenas públicas contra el régimen y se darán a conocer las nuevas formulaciones de los principios ideológicos carlistas y la línea táctica.

Estas nuevas formulaciones se realizarán en los tres Congresos del Pueblo Carlista celebrados durante esta etapa. El Congreso se concibe como el supremo órgano del partido. Se constituye con los compromisarios elegidos en las Asambleas Populares Carlistas lo cuales son portadores del mandato imperativo de estas, no pudiéndose tomar acuerdos sobre cuestiones que previamente no se hayan debatido en las mismas. Posteriormente deben dar cuenta de su gestión en el Congreso ante la asamblea que los eligió. En el primero de ellos celebrado en diciembre de 1970, Don Javier expone en un documento, tal vez el más importante de la reciente historia del carlismo, el estado en que se encuentra la evolución ideológica del mismo y su pensamiento sobre la Revolución Social, el Pacto, el Poder, la Libertad, las estructuras de la libertad y la Monarquía.
En el tercer Congreso (junio de 1 972) el Partido carlista se define como un partido de masas, de clase, democrático, socialista y monárquico federal. Por Revolución Social entienden una radical transformación de las estructuras sociales y de la mentalidad heredada del capitalismo burgués, que debe conducir a la democracia económica donde los medios de producción estén controlados por la sociedad.

La tendencia más a la izquierda del partido (Fuerzas Activas Revolucionarias Carlistas) celebró su propio Congreso en enero de 1972. En el documento elaborado en éste se incluye un corto análisis sobre la historia del carlismo en el que se define el sentido histórico de este como la defensa de las libertades y reacción popular contra la burguesía ascendente, afirmando que, al estar el carlismo compuesto en su mayoría por personas de poca cultura y escasa formación, ha sido manejado y controlado por «ilustres caciques» mediante la manipulación del hecho religioso. Afirman que se consideran como no monárquicos ni dinásticos y califican de circunstancial el hecho de que en la dirección del Partido Carlista haya personas miembros de «una determinada familia», hecho que no debe considerarse como condicionamiento ni hipoteca cara al futuro, a la vez que manifiestan su repulsa a cualquier tipo de «culto a la personalidad».

Respecto a la meta estratégica, esta queda definida como la estructuración de la Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas, incluyendo en el término Ibéricas, además de los pueblos sometidos al Estado Español, los territorios peninsulares sometidos al Estado Portugués y los territorios vasco y catalán sometidos al Estado Francés. Tal Federación debe formarse en un proceso de integración voluntaria de los diferentes pueblos, y debe entenderse como un primer paso y un medio hacia un mundo socialista.
A partir del estudio de las resoluciones de los Congresos, de las declaraciones en sus actos políticos, y de su propaganda, sintetizamos el proyecto político del Partido Carlista.

Como principios rectores del proyecto se presentan la libertad política y la justicia. La libertad política se entiende como la libertad social, la libertad de los grupos sociales, que precede a la libertad personal, no para restringirla sino para darle un sentido comunitario. Se reconoce por tanto el principio de autodeterminación de los pueblos, pero sin simplificarlo a la definición burguesa que la ha reducido al derecho a constituirse en estados independientes. La justicia no debe conducir solamente a la redistribución de los bienes materiales, sino también a la redistribuci6n de los bienes de la cultura y la responsabilidad política. La democracia debe extenderse a toda la actividad humana, y no restringiese a la emisión de un voto en un momento dado.

El proyecto es presentado como la alternativa a la sociedad capitalista avanzada que puede dar solución plena a las aspiraciones y demandas de los trabajadores, y definido como socialismo de autogestión global, basado en la decisión plena del pueblo en todas las decisiones de la vida colectiva.
Como condiciones estratégicas imprescindibles para la construcción de la sociedad socialista autogestionaria se señalan la transformación del modo de producción y la transformación del carácter del Estado.

El modo de producción socialista es definido por las siguientes características: a) propiedad social de los medios de producción, b) administración de los mismos por los trabajadores que los explotan directamente, c) consideración de la empresa como asociación de productores con derechos iguales sobre las decisiones y los beneficios independientemente de su tarea concreta, d) planificación de la economía en función de la satisfacción de las necesidades reales de la sociedad.
Cambiar la estructura y el carácter del Estado burgués significa concebir al Estado Socialista como un instrumento al servicio de la voluntad del pueblo mediante la creación de un triple sistema de estructuras de libertades y participación comunitaria, escalonadas desde el municipio a la Federación, que hagan posible la autogestión ideológica por los partidos políticos de masas, la autogestión económica y la autogestión municipal y de las nacionalidades por el sistema foral-federal, donde cada poder de cualquier nivel cuente con facultades plenas para tomar decisiones y resolver problemas que afecten exclusivamente a su ámbito correspondiente.

La Monarquía se concibe como el instrumento que mantiene la unidad federal dentro de la diversidad y pluralidad de los pueblos. Al ser socialista representaba la garantía de la continuidad revolucionaria, y al ser federal actuará de árbitro equilibrador de las distintas fuerzas que libremente integren la federación.

En la formulación de su línea táctica el Partido Carlista rechaza la alternativa de la democracia formal, dado que esta significa el mantenimiento de las mismas estructuras socioeconómicas del régimen y, por lo tanto, sólo un cambio en el modo de dominación del capitalismo en el que la burguesía seguiría ejerciendo su dictadura de clase mediante su control de los medios de producción y de comunicación. Propone, pues, dos tipos de unión de las fuerzas de oposición. Uno, la alianza democrática, unión amplia de todas las fuerzas democráticas sin discriminación, basada en el siguiente programa mínimo: derrocamiento del régimen fascista, establecimiento de las libertades democráticas, constitución de un gobierno provisional donde estuvieran representadas todas las fuerzas de la oposición que garantizara el ejercicio de estas libertades durante el período constituyente. Se deja bien claro que se opondrían a que tal alianza programara de antemano cualquier solución sin la participación del pueblo, y que no renunciaba a ningún presupuesto ideológico pese al riesgo de tener que enfrentarse con sus aliados una vez conseguidos los fines de la alianza. El otro pacto, denominado Frente Democrático Revolucionario incorporarla a todas las fuerzas socialistas.

El Partido Carlista participó en la mayoría de las plataformas de la oposición constituidas durante este período, incorporándose a la Junta Democrática de España en septiembre de 1 974, haciendo constar públicamente su posición táctica. En enero de 1975 se retiraría de la misma por tres razones: 1 ) La dirección de la Junta está en manos de los grupos burgueses que forman parte de ella, 2) la Junta no ha modificado su carácter centralista ya que sigue sin reconocer el derecho de autodeterminación de los distintos pueblos del Estado Español, 3) La Junta no es un organismo abierto ya que ha rechazado el ingreso en ella de fuerzas y organismos que lo han solicitado.

También se aclaró su posición respecto a sus relaciones con la Iglesia Católica y la opinión que tenía de su Jerarquía en España. Declara que, aunque compuesto en su totalidad por católicos, no es confesional, por lo cual no está comprometido con las opciones temporales de la Iglesia Jerárquica Española, sino más bien cree que estas no responden a un verdadero sentir cristiano. Considera la postura de esta Jerarquía como ambigua y colaboracionista con el régimen, colaboración que no sólo ataca el principio de libertad religiosa, sino a los principios de la propia Iglesia Católica y del cristianismo; con su apoyo moral, y su silencio ante los atropellos y crímenes, la Iglesia se ha constituido en la iglesia de los vencedores y no en la de todos.

Creemos necesario señalar que en el interior del Partido Carlista se formaría una organización de carácter muy radical en su actuación ya que efectuaría varios atracos a entidades bancarias y a empresas que se mostraron intransigentes en los conflictos laborales habidos, caso de la fábrica de embutidos Pamplonica SA de Pamplona, que sufrió un intento el 2 de julio de 1 971. La finalidad de estas acciones, consideradas como acciones de resistencia y expropiaciones, era claramente política, como afirmaría uno de los miembros de esta organización (Grupos de Acción Carlista, GAC) en el Consejo de Guerra que lo juzgaba, en primer lugar ayudar a los exiliados carlistas, después ayudar económicamente a los obreros de la fábrica en aquellos momentos en huelga y en tercer lugar allegar fondos pars3 lo GAC. La primera acción conocida consistió en un lanzamiento de octavillas en la madrugada del 7 al 8 de septiembre de 1968 en las que se hacían alusión a la actuación de la Comisión organizadora de los juegos florales de Sangüesa de nombrar reina de los mismos a la hija del entonces Ministro de Información. Sus acciones más sonadas fueron el intento, frustrado, de asalto al reemisor de Berberana con la finalidad de conectar un aparato que permitiera la interferencia de una cinta magnetofónica durante el discurso de fin de año del general Franco (30-1 2-1 970), el asalto a Radio Requeté de Pamplona donde se colocó una cinta magnetofónica que fue oída durante seis minutos, contenía un manifiesto y el himno carlista Guernicaco Arbola (2-5-71) y la colocación de un artefacto explosivo de escasa potencia en los talleres del diario El Pensamiento Navarro (23-8-71).

El régimen además de los medios habituales de represión, detenciones, prohibiciones, multas, embargos, registros y cierre de locales, torturas, amenazas y condenas de prisión, utilizó el silencio, la desinformación, la calumnia y puso en marcha, sucesivamente, varias maniobras para crear un carlismo paralelo obediente a las directrices de Franco y para confundir a la opinión pública sobre la naturaleza política del carlismo y sobre las personas que, por voluntad de los carlistas y de acuerdo con las normas de sucesión tradicionales de la Monarquía Española, eran los auténticos titulares de la legitimidad carlista. La maniobra se probó con cierto éxito en los años cuarenta presentando a Carlos de Habsburgo (miembro de la organización austríaca de milicias denominada Heimwher dirigida por el príncipe Starhemberg) como titular de la dinastía carlista. Las sucesivas maniobras con la colaboración de personalidades tradicionalistas no tuvieron tanto éxito, sirviendo algunas de ellas como tema jocoso en algunas de las publicaciones carlistas. Los sucesivos fracasos de tales maniobras y la frustración que debió engendrar en el régimen y en las «personalidades tradicionalistas» es, posiblemente, una de las causas que motivaron la última de tales maniobras anticarlistas,«la operación reconquista» en el acto de Montejurra de 1976, así como también la toma de Montejurra, Estella y los accesos a esta por las fuerzas policiales en 1977.

MONTEJURRA 1976: UN INTENTO DE INTERPRETACIÓN

Joaquín Cubero Sánchez

Comunicación presentada en el Congreso HISTORIA DE LA TRANSICIÓN Y CONSOLIDACIÓN DEMOCRÁTICA. Madrid, 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre de 1995.

JUSTIFICACIÓN:
Al leer el volumen IV de las Memorias de Laureano López Rodó que titula Claves de la Transición, y llegar a la página 244, “Entrevista con Areilza: , las elecciones, la terna para nuevo Presidente, el calendario político”, me llamó la atención el hecho de que en la narración de la entrevista del día 10 de mayo que celebró con José María Areilza, ministro de Asuntos Exteriores a la sazón, no se diga nada de los sucesos de Montejurra que ocurrieron el día anterior, sucesos que entre otras consecuencias, provocaron la caída de las bolsas españolas, que llevaban un mes de euforia alcística y con un impulso fuerte al cierre de la semana anterior. (YOLDI,L.,”La bolsa por el cambio controlado”, Cuadernos para el diálogo, 158, 8 de mayo de 1.976; M.P., “BOLSA: EL POR QUE DE LA CAIDA”, Mundo Diario, 13 de mayo de 1.976) Continué leyendo el volumen, pero, salvo error por mi parte, no encontré absolutamente ninguna mención a esta agresión sangrienta contra el Partido Carlista. Que contó con el apoyo y colaboración, cuando no con la preparación e instigación, de al menos tres ministerios del primer gobierno de la Monarquía, Gobernación, del Movimiento, Secretaría de Presidencia del Gobierno, y de varios gobernadores civiles del norte de España. Esta ausencia de referencias a este crimen de Estado, me sugirió hacer un trabajo, aun en curso, que titularía “Montejurra 76. ¿Una clave por descifrar?” para presentar en este Congreso. La cantidad de información reunida superó mi planteamiento de un trabajo corto dentro de los límites de extensión fijados para las comunicaciones de este Congreso.

¿QUÉ OCURRIO EN MONTEJURRA?

Montejurra, 9 de mayo de 1976, momentos antes de la salida del Vía Crucis, en la explanada frente al Monasterio de Iratxe, un grupo de cerca de un centenar de personas que previamente se ha repartido entre los carlistas que esperan, a una señal convenida de silbato, atacan con porras y garfios a los carlistas allí concentrados que reaccionaron utilizando los puños y, los que tenían bastones de montaña como armas defensivas. La defensa es tan fuerte que obliga al grupo agresor a huir. Los resultados de esta primera parte de la agresión son un herido de bala, que posteriormente fallecería, y varios heridos, algunos graves, por contusiones de golpes y pedradas. Comienza el Vía Crucis en un clima de gran tensión. Desde la ladera que bordea el estrecho camino que conduce desde el monasterio a la campa, grupos de personas insultan a los participantes del Vía Crucis con la intención de provocar una reacción violenta de estos.

En la campa está concentrada una fuerza considerable de Guardia Civil y Policía Armada, junto a ellos los integrantes del pasaje de dos autobuses que se atribuyen a Fuerza Nueva de Madrid, en la campa continúan los insultos provocadores. Comienza la ascensión, varios carlistas descubren que arbustos situados a ambos lados del sendero que conduce a la cumbre han sido cortados, lo que supone una dificultad para mantener el equilibrio para las personas que ascienden. Don Carlos Hugo, que ha entrado clandestinamente en España, se incorpora al Vía Crucis. Cuando la cabeza del Vía Crucis está acercándose a la cima, desde esta se dispara con ametralladora MG 42, subfusiles, y pistolas automáticas contra los carlistas. Los jóvenes que van a ayudar a la celebración de la misa que se iba a oficiar, como todos los años, en la ermita de la cumbre, se adelantaron al Vía Crucis para realizar los preparativos, son amenazados y obligados a retirarse, la cesta que contiene los objetos litúrgicos es arrojada por los agresores por la ladera del monte. Resultado de esta segunda parte de la agresión, un muerto en el acto y veinte heridos de bala.

Los agresores bajan apresuradamente por el sendero llamado Camino de los Cañones, en su huida dejan abandonadas varias cajas de munición con la inscripción “pirotecnia militar”. Los carlistas celebran la tradicional misa con pan ordinario y vino de una bota. El acto político, posterior a la misa, no puede celebrarse. Al acabar el descenso hablan a los carlistas S.A.R Irene de Borbón y José María Zabala, secretario general del Partido Carlista. La consigna general impartida: no responder a las provocaciones. A pesar del considerable contingente de fuerzas de orden público estas no practican ninguna detención entre los miembros de los grupos agresores, pero al atardecer, serán detenidos, por tiempo variable, grupos familiares de carlistas incluidos niños.

Desde el gobierno y sectores de la derecha se lanza el mensaje de que ha sido un enfrentamiento entre carlistas, “una pelea entre hermanos”. La prensa desmiente tales afirmaciones (Entre los artículos y notas de prensa publicadas hay que destacar el de, por entonces militante comunista, Jordi Solé Tura, “Montejurra”, Mundo diario, Barcelona, 13 de mayo de 1976) entre ella El Pensamiento Navarro, diario neointegrista de Pamplona que ha participado en la campaña de prensa de la “Operación Montejurra”: “No fue una lucha, fue un vil asesinato cometido por pistoleros que rompen el ánimo de la convivencia y crean víctimas inocentes”. (El Pensamiento Navarro, 13 de mayo de 1976)

La opinión prácticamente unánime de los medios de comunicación y de los círculos políticos es que ha sido una operación realizada por el búnker franquista con la autorización del gobierno Arias, concretamente de su vicepresidente para asuntos de interior y Ministro de la Gobernación Manuel Fraga Iribarne. Los epígonos de una escisión carlista de finales de los años cuarenta denuncian que los integrantes de los comandos agresores son miembros de la “Internacional Fascista”, y que entre los españoles se encuentra alguno de los asesinos del atentado falangista contra el carlismo ocurrido en Begoña en 1.942 en directa alusión al anticarlista notorio Mariano Sánchez Covisa. El fascismo de raíz franquista tiene un nuevo motivo para ir contra el carlismo: la evolución ideológica realizada por el Partido Carlista a partir de mediados de los sesenta, en el que el papel de los abanderados dinásticos del carlismo, Don Javier y Don Carlos Hugo, ha sido fundamental. Los mismos que, hasta los años setenta, desde el régimen negaban la condición de español de Don Javier y que este fuera el legítimo sucesor de Don Alfonso Carlos, ahora acusan a los Borbón Parma de haber renunciado a sus deberes como abanderados del carlismo.

Nuevos argumentos para viejos serviles del dictador. Pero desde parte de la llamada “oposición democrática” tampoco ha sentado bien la evolución ideológica del Partido Carlista y su programa de “Socialismo de Autogestión”(Ver “LA VIA CARLISTA AL SOCIALISMO AUTOGESTIONARIO” de Carlos Hugo de Borbón Parma. Editorial Grijalbo, Colección Dimensiones Hispánicas 1.977); si desde el franquismo se lanza la insidia de carlismoleninismo”, el cabeza de una minoritaria formación socialdemócrata ligado a Don Juan de Borbón, se refiere a Carlos Hugo como un anarquista.(Carta de Francisco Elías de Tejada a Ignacio Romero Raizabal, Sevilla, 6 de agosto de 1972. Copia de la misma en el archivo de Elias de Tejada de la Fundación ELIAS DE TEJADA Y PERCOPO, de Madrid. Reproducimos literalmente el párrafo referente a la cuestión: “Don Javier y León Blum no resultan, como aseveras en la página 79, “dos campeones máximos en dos campos opuestos”, sino dos amiguetes ideológicos sentados en el mismo banco, por supuesto que Don Javier a la izquierda lindando con el anarquismo”. Es Enrique Tierno nada menos, quien me decía hace meses que él podría dialogar con todos los grupos, sin excepción de Blas Piñar o de los comunistas; pero con la excepción de los “hugonotes”, porque don Hugo es un anarquista que sólo sirve para destruir”.)

Desde las instancias del Estado no se hizo nada efectivo para aclarar lo sucedido. El juicio oral de la causa nunca llegó a celebrarse. El sumario 1847/76 relativo a la agresión de Montejurra hoy ha desaparecido de los archivos judiciales.

El 26 de mayo de 1976, el procurador en Cortes (elegido por voto directo de los guipuzcoanos) Gabriel de Zubiaga presentó una interpelación al Gobierno para que éste explicara los sucesos de Montejurra. El Gobierno nunca respondió, lo cual era una respuesta implícita, y a los ocho meses, el procurador cansado de esperar, dio publicidad a su interpelación. Los hechos que él aducía para avalar su interpelación eran los siguientes:

1.- Si desde la fundación de la Hermandad Penitencial del Vía Crucis de Montejurra, el año 1.940 ha habido siempre fuertes contingentes de la Guardia Civil en todo el recorrido del vía crucis y en la cima de la montaña, qué por razones especiales de gobierno ha habido este año para que, por primera vez, no se haya cubierto por la Guardia Civil más que la explanada de Iratxe, cuando había más números que en otros años y estaban reforzados por gran cantidad de Policía Armada.

2.- Habiéndose producido disparos por arma de fuego, con heridos e incluso un muerto, en la explanada de Iratxe en presencia de agentes de la autoridad, qué órdenes y procedentes de quién tenían dichos agentes para no proceder a ninguna detención.

3.- Quién y por qué motivo se dio la orden a la Guardia Civil allí presente para que, desatendiendo las numerosas y concretas denuncias a personas que, en actitud desafiante, palabras insultantes, protegiendo a gentes extrañas al carlismo, y portadoras de armas, unas veces en el cinturón y otras en la mano, ni las detuvieran ni las identificaran.

4.- Si lo ocurrido en Montejurra ha sido un enfrentamiento entre carlistas, como lo ha dicho un miembro del Gobierno, dígasenos: a) Qué papel jugaban allí don Juan María Araluce, presidente de la Diputación de Guipúzcoa y consejero del Reino, y don José María Oriol, consejero del Reino y presidente del Consejo de Estado. b) Cómo justificar la presencia de gentes reclutadas por la Jefatura del Movimiento (Suárez era su jefe) a base de viaje pagado, bolsa de comida y elevadas dietas de desplazamiento.
c) Qué explicación puede darse a la presencia de Policía Gubernativa, en gran número, disfrazados con boina roja, que algunos de ellos días antes habían detenido y maltratado a jóvenes carlistas por hacer propaganda del acto de Montejurra y ese día protegen a los extraños al carlismo.

5.- El juez de Estella, para tomarle declaración, requiere la presencia de Don Sixto de Borbón, y en lugar de cumplimentar la orden del juez especial, Don Sixto es acompañado por la policía al aeropuerto de Barajas para que abandone España.

6.- Días antes de los sucesos, la Guardia Civil conoce y protege la presencia de Don Sixto en Iratxe, que está rodeado de gente armada.

7.- La noche del 8 al 9 de mayo unos jóvenes carlistas suben a la cima de Montejurra y son maltratados por personas que les apuntan con metralletas. Cuando lograron escapar y poner los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, ésta los detiene sin cargo alguno y no los pone en libertad hasta el día 9 por la noche.

8.- El País Vasco, y por ende Navarra, está vigilado palmo a palmo: controles de carretera, registros, etcétera. En Itatxe aparecen pistolas, metralletas y una ametralladora con trípode; hay disparos, heridos y muertos, y no hay un solo detenido, ni cae en manos de los agentes de la autoridad ni una sola arma.

9.- A Don Carlos Hugo de Borbón Parma se le prohibe la entrada en España. A Don Sixto –antes de ser requerido por el juez- se le consiente y protege.

10.- El gobernador civil de Navarra es informado en varias ocasiones, días antes de los hechos, por destacados miembros del Partido Carlista, de la presencia de gente armada en Iratxe y cima de Montejurra, limitándose a contestar que no tiene órdenes de actuación del Ministro de la Gobernación. (Faga)

11.- El Gobierno tenía completa información de lo que se preparaba. El Ministro español de Asuntos Exteriores, una semana antes de los sucesos, entrega una nota verbal al Embajador de los Países Bajos, de parte del Jefe del Estado, dándole cuenta de que el Gobierno Español no garantiza la vida de Don Carlos Hugo, ni de su esposa, doña Irene, si acuden a Montejurra.

¿POR QUÉ?

Estos sucesos de Montejurra 76, no han merecido en la historiografía de nuestra historia reciente la debida atención para ser analizados y formular una o varias hipótesis explicativas. Al menos nosotros no conocemos nada sobre el particular. Por parte de medios cercanos al Partido Carlista se formularon, entre otras acertadas, hipótesis del tipo de la Operación Reconquista tenía entre sus objetivos: a) conseguir una victoria del búnker que respaldara políticamente al Gobierno Arias en su línea continuista de la Monarquía del 18 de julio. (Creemos mejor llamarla la Monarquía del 1 de Octubre.)
b) recuperar el carlismo por parte de los sectores más inmovilistas –en cuanto a movimiento popular- para respaldar la consolidación de la monarquía. Hipótesis que hemos considerado incorrectas tanto política como históricamente. Estas hipótesis y otras que se hicieron en su momento no resultan válidas a partir de que posteriormente los medios de comunicación social y estudios realizados han desvelado cuestiones como las siguientes:

-De los implicados en los comandos agresores, el número de extranjeros es superior al estimado en su momento, la mayor parte de ellos trabajaban de una forma u otra para los servicios secretos del régimen, antes, después y en el momento de los hechos de Montejurra. A partir de diciembre de 1975 han tomado parte en las acciones BVE y ATE, posteriormente algunos de ellos trabajarán en las acciones GAL. Otros estaban implicados en las acciones del terrorismo negro en Italia.

-Descubrimiento de la Red Gladio (su nombre oficial es “Comité de Coordinación de la OTAN”) en el otoño de 1991 en Italia. Sus implicaciones, con el terrorismo negro en Italia.

-Las relaciones de la masonería a través de la Logia Propaganda Due (P2) con la red Gladio y los principales partidos italianos, principalmente el democristiano, el socialista y el socialdemócrata, y la denominada “Internacional Fascista”.

-Licio Gelli, fundador de la P-2, era de procedencia fascista pero en los años 40 ya había empezado a trabajar para los servicios de información de los ejércitos inglés y norteamericano, lo que le valió para no ser fusilado por los partisanos antifascistas.

-Miterrand, masón desde 1933, fue durante algún tiempo Gran Maestre del Gran Oriente de Francia, era de procedencia fascista y durante la ocupación alemana fue colaboracionista. La logia P-2 pertenecía a la misma obediencia masónica, el Gran Oriente de Italia.

-Fraga, en la primavera de 1976, se entrevisto con una comisión masónica, de la cual Ricardo de la Cierva sospecha que posiblemente fuera la P-2.

-Don Carlos Hugo se había manifestado reiteradamente en contra de la adhesión de España a la OTAN y de la permanencia de las bases militares USA en España. (Las últimas declaraciones de Don Carlos Hugo sobre el tema, antes de Montejurra 76, están publicadas en la revista Guadiana, núm. 53 de 4 de mayo de 1976)

-El vencedor de la crisis de junio de 1976 fue Suárez y no Fraga.

Las primeras reflexiones que planteé sobre el tema fueron las siguientes

a) Independientemente de que el comando agresor y la comitiva que le seguía hubieran cumplido su objetivo táctico de hacerse con el Vía Crucis, facilitando así el control del acto, hubieran proclamado en la cumbre su adhesión a la monarquía de Juan Carlos en la línea continuista de UNE, cercana a los planes indecisos de Arias, es posible que esta maniobra formara parte de otra de más envergadura que a estos se les escapara. (Esta instrumentalización no los exculpa de sus responsabilidades, entre ellas la de las dos muertes y las decenas de heridos) No consiguieron hacerse con el Vía Crucis por un error de cálculo, pensaron que la resistencia frente al monasterio sería muy débil, de ahí que la mayor parte de la fuerza de la policía y guardia civil estuviera en la campa ¿error premeditado?

b) Ante la caída del Gobierno de Arias caben dos opciones:
Ésta se produce como consecuencia del fracaso de la “Operación Reconquista” de Montejurra; la “Operación Reconquista” se plantea también con la finalidad de derribar al Gobierno Arias, la impopularidad del mismo como consecuencia del asunto subiría. Desde esta última perspectiva se consiguen los siguientes objetivos: invalidación y descrédito de la línea continuista de la “Monarquía del movimiento”, fracaso táctico del búnker, quemar la línea reformista de Fraga, Vicepresidente del Gobierno; dar un nuevo golpe al Partido Carlista en el proceso de eliminación política del mismo: acentuar imagen de división, dar una imagen de violencia, desactivar asistencia a Montejurra en siguientes años principalmente de grupos familiares, etc.; invalidar políticamente a los disidentes de la línea oficial del carlismo, que por otra parte no forman un grupo homogéneo, participarán o no, e independientemente de sus propósitos, intenciones y grado de conocimiento del alcance de la maniobra en la “Operación Reconquista”.

c) Polisemia del término “democracia”. La democracia es también la forma de dominación política propia de la burguesía que se corresponde a la hegemonía del capital financiero en el interior de esta, y el periodo histórico que corresponde a tal forma de dominio burgués.

d) El proceso de cambio político consiste en sustituir las estructuras de la dictadura por las de una democracia formal tiene lugar sin que se produzca un “periodo revolucionario”, que necesariamente no tiene por qué ser violento.

METODOLOGÍA:

1. Estado de la cuestión: información sobre la agresión e hipótesis interpretativas. La evolución del carlismo en los años 70.

2. Factores nuevos que introducimos en el análisis:
La crisis del franquismo
Situación internacional: crisis del imperialismo, geopolítica del Mediterráneo.

3. Formulación de hipótesis alternativas:
Hubo complicidad de los sectores de la oposición democrática relacionados con la masonería.
Forma parte de una estrategia más amplia con finalidad de eliminar al Partido Carlista. A otras fuerzas de la nueva izquierda (OCEBR, PTE, LCR, OIC, ORT, principalmente) y al anarcosindicalismo del mapa político de la nueva España democrática, o al menos reducirlas a la mínima expresión.
El empleo de la violencia fascista en España, que en estos momentos no es un estado de democracia formal, es una aplicación de la “estrategia de la tensión” dentro de la estrategia general del “cambio democrático”.
La Operación Montejurra estuvo inspirada por los servicios secretos americanos.

4. Cuestiones a analizar:
Origen y finalidad de la violencia fascista ilegal en España. Los servicios secretos
del régimen.
El desarrollo de la estrategia de la tensión en Italia. Resultados.
Relación de EE. UU. Con la violencia fascista.
La red Gladio y la logia masónica P-2 sus implicaciones en España.
La relación entre los servicios secretos del régimen y la oposición.
La crisis política del franquismo. Contradicción principal. Las nuevas
Contradicciones de la dictadura generadas por la política de crecimiento
económico e industrial.
Estrategia de la burguesía española ante la crisis política del franquismo.
Contradicciones internas. Problemas a resolver.
El trato recibido desde el poder, durante los años setenta, por el Partido Carlista y
los principales grupos (P.S.P. y P.S.O.E.) que conformarán la plataforma
democrática.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES:

La contradicción principal de la crisis política española es la falta de adecuación del aparato del Estado al propio desarrollo monopolista a que ha dado lugar, y a las dificultades que origina su necesario proceso de integración imperialista. La política de crecimiento económico e industrial, aportó nuevas contradicciones a la dictadura, que ésta sería incapaz de resolver: a) inadecuación ante una burguesía que se guía por los modelos avanzados de desarrollo capitalista y un estado de corte fascista incapaz de responder a las nuevas exigencias de crecimiento capitalista; b) la necesidad de abrir un rápido proceso de integración económico político en el orden imperialista (Trilateral) y, en especial, en la región europea (C.E.E., O.T.A.N.); c) la incapacidad de la dictadura para impedir el auge ascendente de una movilización popular como consecuencia de la crisis socia abierta en 1970. A pesar que tanto la derecha franquista, como la no franquista, tienen un mismo objetivo, la continuación del sistema capitalista, la burguesía pasa por una etapa de fraccionamiento político como consecuencia de la incapacidad del franquismo para adaptarse a los nuevos condicionantes y a las opciones políticas distintas que respecto a ellos adoptan los diversos sectores de la misma condicionados por factores como:

a) la organización del Estado no sirve plenamente a los mecanismos de acumulación capitalista plena en el orden imperialista;

b) la dictadura no sirve para destruir el movimiento obrero y popular ni para integrarlo y subordinarlo políticamente;

c) el mantenimiento de la dictadura no permite ya ordenar bien, sin crear nuevas contradicciones, los intereses diversos de los diferentes de los diferentes sectores de la burguesía, y en cambio la debilita por no poder contar ésta con el apoyo de la pequeña burguesía en proceso de radicalización política. En definitiva, el problema político tanto para los sectores dominantes del Estado como para el imperialismo, estriba en cómo desplazar al movimiento de masas en el derrocamiento de la dictadura y en definitiva, cómo estabilizar un estado burgués democrático.

En definitiva, muerto Franco, la burguesía necesita crear una nueva legitimación del poder mediante la implantación de una democracia formal burguesa. Pero a pesar de su gran margen de maniobra no se halla frente al cambio democrático en óptimas condiciones: no hay partidos ni programas claros, ausencia de instituciones configuradas, socialdemocracia insignificante (Cuando se constituye el P.S.I, después P.S.P., en 1.968, apenas supera las dos decenas de miembros, DIAZ, E. Socialismo en España: el Partido y el Estado, Madrid 1.982, pág. 94 cit. Por VILAR, S., Historia del antifranquismo 1.939-1.975, Barcelona, 1.984, págs. 384 y 385. EL PSOE a fines de 1.975 anda por los 200 miembros, LOPEZ RODO, L., Claves...Memorias IV, pág. 173.) la organización política está en la izquierda clandestina (Según declaraciones de José María Areilza, los dos únicos partidos, compactos, articulados y disciplinados eran los dos P.C. Partido Carlista y el Partido Comunista, Actualidad Económica, 735. 15 de abril de 1972. Pág. 68.)

De aquí la necesidad de un cambio gradual temporalizado para controlar estrechamente su ruptura definitiva con el régimen franquista. Tal estrategia fue sugerida desde el imperialismo de un lado y otro del Atlántico. (El Gobierno Ford aconsejó a Don Juan Carlos sobre la conveniencia de “ir despacio” en la implantación de los cambios políticos y hasta ha fijado una moratoria de “dos años”, Washington Post, 25 de noviembre de 1.975, cit. En teoría y Práctica, 7 de mayo de 1977, pág. 53. A comienzos de enero de 1.976 López Rodó comentaba al general Armada la coincidencia de opinión entre el Ministro de Asuntos Exteriores Austríaco, Giscard d´Estaing y Walter Scheel: “cuando los gobiernos europeos nos piden apertura, lo que pretenden es que abramos una rendija pero no la puerta de par en par”, LOPEZ RODO L., Claves...Memorias IV pág.215)

No existe una “internacional fascista”, entendida en el sentido de una organización centralizada multinacional. Existen varias organizaciones legales AGINTER PRES, W.A.C.L. (World Anti-Comunist League); utilizadas como la agencia de viajes Transalpino de Madrid, donde se realizaron las reuniones para la Operación Reconquista y la agencia Oltremare italiana, relacionada con la embajada española; encubiertas como la Red Gladio; ilegales como Grupo Paladín, G.C.R., P.E.N.S., G.A.S. N.A.R., etc. Dependientes en su mayor parte o en estrecha relación, con los servicios secretos y, especialmente con la C.I.A. que aparece como denominador común de la mayor parte de ellas. Hay que recordar que la C.I.A. a fines da la II Guerra Mundial rescató, para su servicio, junto con otros servicios de las potencias aliadas, las redes del espionaje nazi, y personal comprometidas con el nazismo y el fascismo italiano. Klaus Barbie,” el carnicero de Lion”, que fue uno de estos, está considerado como el principal reclutador de la Red Gladio.

Existen suficientes indicios como para sospechar que a partir de la revolución del mayo francés de 1.968, la C.I.A. elaboró un plan de estabilización del Mediterráneo para no verse obligada, en última instancia, a promover golpes militares el Europa como el de los coroneles griegos de 1.967. Lo que se considera documento fundacional de la “estrategia de la tensión” LA NOSTRA ACCIONE POLITICA”, encontrado en los archivos de la sección italiana de la AGINTER PRESS está fechado en diciembre de 1.968. La estrategia de la tensión sufrida por Italia a partir de esta fecha forma parte de este plan. La dictadura griega facilitó en 1.968 y posteriormente la impartición de cursillos a los neofascistas italianos implicados en atentados en Italia y en España –incluida la agresión de Montejurra-; los cursillos realizados en Grecia en 1.974 los dirige nada menos que el hombre que sería el director de la estación de Madrid de la C.I.A. cuando la intentona golpista del 23-F.

La estrategia aplicada en España, durante la transición, consiste en la combinación, la instrumentalización de la violencia fascista y la violencia izquierdista (G.R.A.P.O. y F.R.A.P.), la táctica del “eurosocialismo”, es decir favorecer el desarrollo y la implantación de un partido socialdemócrata. (Sobre esto reconozco la valiosa ayuda de los artículos de Fernando González publicados en “Triunfo”, especialmente “Los extremismos útiles”, en el nº 773, 12 de febrero de 1.977)

Los extranjeros que actuaron en Montejurra, no sólo están relacionados con los servicios secretos españoles, sino también con los italianos, la junta militar griega, Pinichet –para quien hacen algunos servicios-, P.I.D.E., sino también con la C.I.A., tanto vía italiana (Gladio P-2) como también en España a través de la empresa ASEPROSA (Asociación de Seguridad y Protección, S. A. Vinculada al sumario del 23 F, y posiblemente también de la misteriosa empresa AINSE (Ingeniería de Seguridad, Sociedad Anónima). (Una de las principales tareas de ASEPROSA era la vigilancia y seguridad de los dirigentes del partido de Manuel Fraga Iribarne. Pero en realidad este fin encubría sus verdaderas actividades, es decir, la investigación y vigilancia de personas que militaban en otros partidos. Para estas labores contaban con policías y oficiales del ejercito, así como con miembros de organizaciones ultraderechistas.)

La relación Logía P-2 con el Pentágono no ofrece ninguna duda. A inicios de los setenta Gelli se entrevistó en Roma con Alexander Haig, entonces comandante en jefe de las fuerzas de la O.T.A.N., y, posteriormente Secretario de Estado de la administración Reagan. De esta reunión salió el dinero para financiar un grupo terrorista neonazi N.A.R. (Nuclei Armati Rivolutionari) que realizó el atentado de la estación de ferrocarril de Bolonia el día 2 de agosto de 1.982. Unos de los miembros del equipo de asesores de Haig, Michael Ledeen vivió algunos años en Italia y fue acusado, en la comisión parlamentaria que investigaba la P-2, de ser agente de la C.I.A..; Ledeen es miembro del denominado Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de la Universidad Georgetown. Vernon Walters, que en 1.982 era consultor de una compañía norteamericana presuntamente implicada en la venta de armas a Marruecos, subdirector de la C.I.A. (1.972-1,976), visitó Guatemala como “embajador de buena voluntad”, sin embargo al mismo tiempo representa a una empresa relacionada con el Banco Ambrosiano denominada Basic Resources International, S. A. (BRISA), que tenía la concesión de la extracción de petróleo en este país, Walters solicitó y obtuvo de la junta militar autorización para exportar más petróleo.

La violencia fascista ilegal en España, salvo raras excepciones, está organizada desde el poder del Estado. Sus inicios fueron la creación de Defensa Universitaria en 1.963 organizada por el coronel Quintero Moreno. Posteriormente, en otoño de 1.968 se organizó la “Operación Canadá”, para neutralizar el mal ejemplo del mayo francés en las universidades españolas. De esa experiencia, que ampliaría sus campos de acción, surgiría el Servicio Central de Presidencia de Gobierno, considerado por diversos medios como una simple filial de la C.I.A.. Los asistentes a los primeros cursos de formación de colaboradores, impartidos por el servicio, fueron seleccionados por Blas Piñar. Ya en 1.973 algunos medios de información se cuestionaban a qué fines servía la violencia neofascista, “la escalada ultra”, en España.( la organización de la violencia fascista en España está descrita muy significativamente por Luis Ramírez: “El almirante busca al notario. Le explica que tiene una muy mala opinión de él y de su gestión.


“-Usted ha abierto las puertas del poder al Opus
-¿Y a quién se las iba a abrir, dígame usted, don Blas?
A partir de esta clarificación hay un contacto permanente entre Blas Piñar y Carrero Blanco con maquiavélica utilización por parte de López Rodó. El cardenal Richelieu de régimen opina que una ultraderecha es excelente jugada política porque así el gobierno queda automáticamente en el centro. Nuevamente el periodista oficioso Emilio Romero proclama y sanciona la situación: tenemos derecha (Blas Piñar), tenemos centro (el gobierno), nos falta la izquierda”. RAMIREZ LUIS , “Morir en el búnker”, HORIZONTE ESPAÑOL 1972, Paris, Ruedo Ibérico, 1972 vol.1, pág. 12.)

El Servicio, entre otras tareas, se dedicaba ala desinformación e intoxicación mediante la confección de lo que llamaban “propaganda negra”. (En el caso concreto de la lucha contra el Partido Carlista, editaba dos boletines que se presentaban como resultado de excisiones –falsas- carlistas, Nou Requeté, que se confeccionaba en Barcelona, y Txapelgorri, editado en Bilbao; también en Madrid otro documento denominado ILE. INFORMACION LIBRE ESPAÑOLA, destinado a atacar al Partido Carlista y al Partido Comunista; a este boletín se debe la acuñación del término “carlismo-leninismo”.) Como colaboradores llegó a tener un pequeño ejercito privado de cerca de un centenar de neofascistas italianos exmiembros de la O.A.S. refugiados en España, encabezados por Stefano Delle Chiale y Jean Pierre Cherid (este fue responsable del G.A.L. hasta su muerte en 1.984.) Más tarde, tras la Revolución de los Claveles en Portugal y la llegada de López Rega a España, incrementó el número de profesionales con miembros de la P.I.D.E. portuguesa y de la Triple A argentina. Pero al parecer, no debían ser bastantes para la “Operación Montejurra”, ya que el sábado día 8 de mayo llegó un microbús de matrícula italiana al Hostal de Iratxe. Durante los primeros años de la transición la violencia neofascista y los ataques escritos de los órganos periodísticos del búnker, Fuerza Nueva, El Alcázar, Brújula, hacían más creíble la voluntad democratizadora del Gobierno.

Por otra parte esta violencia y los “ruidos de sables” no solo daban una coartada democrática al Gobierno, sino que también creaban una cortina de humo en la opinión pública que ocultaba los verdaderos problemas del cambio democrático.

En Montejurra no se utilizó la violencia porque fallara la parte política de la Operación que se decía se proyectaba (hablar Don Sixto y dar la imagen de que el sector mayoritario del carlismo está con él. Cosa que no sucedió y que ni tan siquiera se ha impreso jamás este discurso), y la operación se les fuera de la mano al Gobierno. Todo lo contrario, el inicio de la operación ya fue violento (el ataque frustrado frente al Monasterio), pero por una parte se prometió a comprometidos con Don Sixto que la Guardia Civil pondría controles –que los puso- para impedir el paso de miembros del partido hasta el Monasterio y a la campa y que, en caso de enfrentamiento, tendrían apoyo de la fuerza uniformada, y por otra se decidió que la fuerza pública uniformada no intervendría para apoyarlos. (El día 5 de mayo de 1.976, el gobernador civil de Navarra cenó con Gonzalo Fernández de la Mora, dirigente de U.N.E., y perfilan detalles sobre la operación., según testigos presenciales allí se comentó “no habrá problemas, la Guardia Civil tiene órdenes de no intervenir”, ZULOAGA, Paloma y otros, “MONTEJURRA 76 ¿Hay más culpables?, Opinión, 16, 22 de enero de 1.977.)

Esto ocasionó que publicaciones como Brújula y Fuerza Nueva hablaran de traición, e Iglesia Mundo de incumplimiento de promesas. El grupo que acompañaba a Don Sixto no podía ser más heterogéneo y diverso, agentes del Servicio de Documentación de Presidencia de Gobierno, sus “colaboradores” italianos, argentinos de la Triple A, PIDES portugueses, fascistas groatas, miembros de los escuadrones de la muerte brasileños, y tosa la variedad del fascismo español, directivos de Unión Nacional Española, como los hermanos Oriol y Ramón Merino, y, entre unos pocos centenares, apenas dos o tres docenas de escindidos del Partido Carlista, la mayor parte durante los años 1.972 a 1.974, ( Que precisamente fueron reconocidos por los miembros del Partido Carlista) ni siquiera estaban representadas a titulo personal todas las escisiones del carlismo.

Por una parte, forma parte de una estrategia a largo plazo, ya existe, para eliminar al Partido Carlista (al menos desde 1.964, para facilitar la sucesión de Franco en la figura de Don Juan Carlos de Borbón) estrategia que durante la transición, se manifiesta no sólo en Montejurra 76, sino también en el Montejurra 77, en la expulsión de Doña María Teresa de Borbón Parma y la negativa en Barajas a Don Carlos Hugo de entrar en España, durante la primavera de 1.976, apaleamientos de miembros del partido (entre otros a Mikel Totorica, que moriría después) por parte de la policía uniformada “incontrolados”, prohibiciones de actos, se revientan actos que han sido autorizados mediante provocación de “incontrolados” que justifiquen la intervención violenta de la policía, detenciones de carlistas, anónimos amenazantes a responsables del Partido y a los abogados que representan a la acusación en el sumario de Montejurra, ilegalización del Partido hasta ya celebradas las primeras elecciones generales, y una campaña de silencio en los medios de comunicación en todo lo referente al mismo. (Esta prohibición de informar sobre el Partido Carlista la reconoce explícitamente el periodista Lalo Azcona en “REPORTER, 29” de 7 de diciembre de 1.977.)

Por otra parte, forma parte de la maniobra destinada a eliminar a las vanguardias de izquierda que operan en el movimiento de masas, de cara a dejar el campo libre para la implantación de la plataforma socialdemócrata que se está construyendo con la colaboración del Servicio de Documentación de Presidencia del Gobierno y la ayuda financiera del extranjero, en este proceso democratizador por plazos. Casos como el resultados de las huelgas de Roca, Motor Ibérica, y las operaciones de la falsa reconstrucción de la F.A.I. y el asunto Scala son bien ilustrativos. Por otra parte las acciones violentas de los misteriosos e instrumentalizados Grapos, a la vez que eliminaban a significados demócratas, proporcionaban la coartada para detener a cientos de militantes de izquierda que no tenían ninguna relación con los hechos. Así se estabiliza un país que, si no es el eslabón más débil de la cadena imperialista, al menos, es el más valioso entre los eslabones débiles: la décima potencia industrial del mundo.

No hay razones para descartar la implicación de la C.I.A., la acción de esta se manifiesta tanto en la participación de la Triple A argentina (López Rega) y del neofascismo italiano vinculado a la Gladio y la P-2, como con su relación con la empresa ASEPROSA ya que al menos, un miembro del comando agresor perteneció a la plantilla de esta empresa. Posteriormente esta persona fue guardaespaldas de Fraga. (Para el diputado de Izquierda Unida, Antonio Romero, la agresión de Montejurra es la “evidencia empírica” de que la Red Gladio y, por tanto la C.I.A., operaba en España, “La Alternativa” Boletín informativo de las áreas, Izquierda Unida, 5 de diciembre de 1.990.

ALGUNAS CUESTIONES PENDIENTES POR ACLARAR:

Gelli, el jefe de la P-2, viajó a España dos veces para entrevistarse con Lópes Rega sobre la preparación de la “Operación Montejurra”. ¿Se entrevistó con más personas? ¿Cuáles?
El 30 de abril, apenas una semana antes de Montejurra, Fraga se entrevistó con Felipe González, encuentro del que no fue informado en su totalidad Arias Navarro, y “expuso a los miembros del Partido Socialista cuáles eran sus intenciones políticas y su programa” (BERNALDEZ, J.Mª., El patrón de la derecha. Biografía de Fraga, Barcelona 1.985, pág. 187.) ¿Le expuso sus intenciones sobre la “Operación Reconquista”?
Y yo añado: viendo la trayectoria del G.A.L. y la vinculación del PSOE con los movimientos afines a la derecha, como la colaboración intensa con la Dictadura de Primo de Rivera, ¿qué pasó?

ANEXO

1. Relación de extranjeros identificados en Montejurra 1.976
ALMIRON SENA Rodolfo Eduardo (a) “El Pibe”; BENVENUTO DI FU GIUSEPPE, Pietro; BERRA, Emilio, (a) “El Chacal”; CALZONA, Giuseppe (Mario LETI): CAUCHI, August; CHERID Jean Pierre; CHIAIE, Stafano Delle; CONCUTELLI, Pier Luigi; COURAU. Henri; FRANCIA, Salvatore; GATELLI, Loris; LABIA, José Vicente; LAURO, Adolfo; MASSAGRANDE, Elio, MOLINAS, Alberto; MORALES, Juan Ramón; PELLEGRINI, Mario; POZZAN, Marco; TEDESCHI, Mauro; ZAFFONI, Francesco.

2. Relación de extranjeros que posiblemente estuvieron en Montejurra, pero que no han sido identificados:
BOCCARDO ROMAN, José María; BUGETTI, Eduardo; CAMPO, Flavio; CICUTTINI, Carlo; ESPOSITI, Giancarlo; FARQYUASONHN, Edwar, (a) “El Inglés”; FREDA, Franco; GIANNETINNI, Guido; GRACIANI, Clemente; GROCCO, Sandra; MASSIMO, Fabio; MELLI, Mauro; MONTES, Hétor; PALLADINE, Sandra; PETRONE, Luciano; PINCA, Giorgio; M POMAR, Eliodoro; RICI, Mario; ROGNONI, Giancarlo; ROVIRA, Miguel Angel; SICCONE. Gido; STEFANO, Bruto Luciano; TISEY, Aldo; VALLANZAS, Renato; VENTURA, Giovanni.

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El Partit Carlista en un 9 de octubre agitado

Vicent Farnòs

www.elperiodicomediterraneo.com

Un 9 d´octubre agitado

La división entre los partidos caracterizó la celebración de la fiesta de los valencianos

La pugna entre los partidos políticos, especialmente entre los dos mayoritarios el PSPV-PSOE y la UCD, dio al traste con aquel movimiento unitario del pueblo valenciano que en el año 1977 reclamó el autogobierno para las tierras que conforman lo que fue el antiguo Reino de Valencia. Si el 1978 ya apareció la división política motivada por la guerra de los símbolos, en 1979 esa pugna derivó en una profunda fractura social que incidió de forma especial en la ciudad de Valencia. La festividad del 9 de octubre en 1979 se caracterizó por reflejar esa fractura, que por desgracia ha perdurado, como una enfermedad crónica, durante los 25 años de democracia. Los móviles de esta pugna fueron, y aún son, la personalidad idiomática del valenciano y su relación con la lengua catalana, la franja azul en la Senyera, propia hasta 1980 de la ciudad de Valencia, y la denominación del territorio con una absurda lucha entre los que defendían país frente a reino.

En Castellón, el protagonismo a la hora de convocar un acto masivo de defensa de la identidad valenciana lo tuvieron los partidos de izquierda como el Partit Socialista d´ Alliberament Nacional, el Partit del Treball, el PCE y la plataforma electoral Esquerra Independent de Castelló, que fue capaz de conseguir hasta dos concejales en las primeras elecciones municipales que se habían celebrado sólo unos meses antes, en junio 1979. Además se sumó a este movimiento el Partit Carlista que se había deslizado desde el tradicionalismo hasta posturas cercanas a la izquierda más radical. El acto que convocaron estas formaciones políticas se celebró en la plaza Mayor y aunque el gobierno municipal dirigido por el socialista Antonio Tirado no se quiso sumar, sí que ofreció toda la infraestructura para que se celebrara esta fiesta reivindicativa que tuvo como actuación estelar la de los vilarealenses Nyoki, un grupo que fusionaba ya entonces el rock con el folk utilizando siempre el valenciano.

Además, la plaza Mayor se transformó en una especie de mercado alternativo donde se podía comprar desde artesanía hasta hierbas medicinales de muy diverso tipo. En los parlamentos intervinieron Josep Archilés, uno de los dirigentes de EIC, Dolors Arroyo, del PTE y los comunistas Xavier Molés y Agustí Martínez, además del veterano dirigente carlista Carles Vilar. Todos pidieron la promulgación inmediata del estatuto de autonomía, ya que su tramitación se demoraba perdida entre el debate sobre la aplicación de los artículos 143 o 151 de la Constitución.

Mientras, en Valencia, el presidente del Consell, Josep Lluis Albinyana, que había publicado un manifiesto dirigido al pueblo valenciano, señalaba que su consell era inoperante por la pugna entre la UCD y el PSOE, y claro está, él como socialista responsabilizaba de todos los males de la UCD y especialmente a uno de sus más destacados dirigentes, el vicepresidente económico del gobierno, Fernando Abril Martorell.

Por su parte, las fuerzas más conservadoras de la ciudad de Valencia impulsaron la creación de una plataforma, numerosa y muy activa en la capital, que defendía la secesión idiomática, el azul en la Senyera, la denominación de Reino y el himno del maestro Serrano para la futura comunidad autónoma. Con motivo del 9 de octubre, esta plataforma puso en marcha una campaña para que se colocara en los balcones la Senyera coronada. En Valencia tuvo un cierto éxito pero en Castellón, donde estas luchas sonaban extrañas y ajenas, no tuvo la mayor trascendencia.

El 9 de 0ctubre de 1979 tuvo como acto central el gran Aplec del Pais Valenci que se celebró en la plaza de toros de la ciudad del Turia cuando cumplía su XX edición. Este acto reivindicativo, que tuvo como máximas figuras a los intelectuales del nacionalismo, Joan Fuster y Manuel Sanchis Guarner, acabó con distintos enfrentamientos en las calles del centro de Valencia. Había comenzado la batalla de Valencia. 

Rey y Fueros (extracto del libro “El Carlismo y las Autonomías regionales” de Evarist Olcina)

Rey y Fueros (extracto del libro “El Carlismo y las Autonomías regionales” de Evarist Olcina)

El pueblo vivía marginado de cualquier inquietud o información política al iniciarse la crisis abierta por la invasión napoleónica; los antiguos mitos pervivían en una continuidad multisecular, que podemos remontar sin exageración a la Edad Media, en la que el rey era el supremo árbitro al que en apelación acudía el pueblo para defender sus intereses atropellados por el poder feudal. El monarca era el padre protector, figura que quedó definitivamente mitificada en los siglos XVI y XVII por la literatura de fondo puramente político y hasta por la teología, que sería cuidadosamente mantenida por el absolutismo borbónico y que incluso podremos ver reflejada en documentos muy posteriores (hasta Carlos VII) de los titulares carlistas.


Esta idea de que el rey indefectiblemente estaba al lado del pueblo contra el poderoso (no nos alejemos del carácter reivindicativo social constante que intuitivamente ostentaba el proletariado campesino, estrato mayoritario del carlismo) y la necesidad de poner al frente del movimiento a un líder seguro (tampoco olvidemos el innato conservadurismo de ese mismo campesinado, que desconocía y desconfiaba de cualquier otro tipo de jefatura) haría que los primeros carlistas eligiesen por inercia, para poner a su frente, a un rey. Y un rey fue proclamado, y a don Carlos María Isidro se le invistió como tal al ser el príncipe borbónico que ofrecía más garantías por su integridad y la fortaleza demostrada en todo momentos para conservarla; por otra parte, el hasta entonces Infante era presentando por el sector político más antiliberal, y ello era también una garantía para aquellas masas. La segura sucesión monárquica sería desde entonces uno de los permanentes pilares del partido, que con ello vería asegurada su continuidad y vertebración.

 

Las libertades forales, que permitían mantener la feroz independencia y el querido autogobierno ("que nadie nos gobierne, aunque sea bien") a las comunidades peninsulares, nunca total y definitivamente absorbidas o integradas por el Estado, sería el otro fundamento doctrinal carlista, en cuya justificación y validez no vamos a insistir por mantenerla hoy mismo en su totalidad, aunque diferentemente sentida de la primera época al presente.

 

Es obvio que no podía ser la misma ni en el tiempo ni en cuanto al territorio la palabra Fueros. Para un vasco o navarro que vivía sujeto a los beneficios y defectos del régimen foral, los fueros tenían un significado totalmente distinto que para los catalanes, aragoneses y valencianos, cuya conciencia foral empieza a perderse a principios del siglo XVIII con el primer Borbón o que para un habitante de los territorios de la Corona de Castilla, cuyo autogobierno empieza a desaparecer con la derrota comunera en Villalar en 1521. Si para las comunidades del Norte el problema foral era de defensa de un derecho para el resto de las comunidades de Las Españas era una aspiración desigual y difusamente sentida de autogobierno regional y municipal.


El Carlismo será el revulsivo primero, máximo y más continuado que despertara un paralelo sentimiento regionalista que alcanzaría las cotas del pleno federalismo y (ya en extremismos decepcionados ante las sucesivas estafas sufridas del poder central) del separatismo periférico.

Pero hay que concretar algo más respecto a esos dos elementos básicos en que insistimos, porque entre ambos, "fueros y rey", y como resultado de una elaboración ideológica y táctica, existe una fundamental diferencia perfectamente delimitada con el transcurso del tiempo. Para el carlismo, la monarquía es meramente instrumental, necesaria y válida durante su larga etapa de oposición (que arrancó de 1833); imprescindible para mantener una jefatura segura, automática e indiscutida, fuera de la cual surge la indisciplina: quien no acepta al rey de turno no es carlista; un rey que ha de responder, además, a la confianza depositada en él por la masa del partido y que si se aparta de ese pacto implícito es destituido, como ocurrió en 1868 con el padre de Carlos VII. Después al llegar al poder, para el carlismo nunca se ha estimado imprescindible el mantenimiento de un monarquía (teoría expuesta y aceptada reiteradamente tanto por lo intelectuales carlistas como por los titulares dinásticos), sometiéndose a la voluntad popular la forma de gobierno.

 

Sin embargo, respecto a los autogobiernos (los Fueros), el criterio es radicalmente distinto. En el carlismo, lo foral no es un medio, o una excusa propagandística, sino un fin insoslayable. No se concibe un régimen procedente del carlismo que no sea federal o confederal, en el que no reconozca como un derecho inalienable de todas y cada una de las comunidades peninsulares el derecho a autogobernarse. Lo foral es tan intrínsecamente carlista, que si esta reclamación desapareciera o fuera escamoteada, el carlismo desaparecería como tal.


Lo foral determinara decisivamente al partido, diferenciándolo de ideologías aparentemente similares. Es también el motor o base invariable de toda su trayectoria doctrinal hacia metas plenamente democráticas. Lo que, en fin justifica la existencia y la razón ideológica del pacto dinastía-pueblo.